El Ministerio de Sanidad acaba de dar el visto buena al fármaco Atripla, que reúne en un comprimido los tres fármacos más usados para la enfermedad. A esta ventaja también hay que añadirle el impacto psicológico de los pacientes.
Aproximadamente el 50% - 60% de los pacientes con sida podrían beneficiarse de esta nueva pastilla.
Para un viaje de 15 dias, los enfermos de sida tienen que llevar más de 100 pastillas, grandes y de colores llamativos. Además levantan sospechas en los aeropuertos.
El producto fruto de la colaboración de los laboratorios Gilead y Bristo-Myeres Squibb. Atripla reúne en una misma pastilla dosis de los antirretrovirales efavirenz, emtricitabina y tenorfovir. Se tiene que tomar una vez al día, a cualquier hora, lo que evita ser esclavo del despertador, alarmas y por lo general es bien tolerado por el paciente.
Sin embargo, lo más importante también será el impacto psicológico ya que contar con una sola píldora reduce los innumerables obstáculos a los que se enfrentan cada día los afectados.
Por ejemplo en una cena, en vez de tener que sacar un montón de llamativas pastillas delante de todos, lo que inevitablemente genera las preguntas de los demás comensales, sólo se saca un comprimido.
Asi Atripla evita el tener que esconder la medicación, inventar estrategias para tomarlas sin ser vistos y la ansiedad que esto produce.
Pese a la importancia de la llegada de Atripla, el sida sigue siendo una enfermedad importante, que no tiene cura y no debemos banalizarla. Lo que hay que intentar es no infectarse. Deben anteponerse los mensajes de prevención a cualquier avance terapéutico.